Para aquellos que son demasiado jóvenes para la cirugía de trasplante capilar y para aquellos que se encuentran en las primeras fases del ciclo de pérdida de cabello, el uso de microvesículas humanas como tratamiento para la pérdida de cabello ha producido resultados notables de crecimiento capilar en hombres y mujeres.

Las microvesículas humanas y sus componentes pueden ayudar a recuperar el contorno y la forma juvenil del rostro, así como mejorar significativamente la calidad de la piel, la firmeza y las anomalías de color causadas por el envejecimiento, la exposición al sol y factores ambientales.

Además de proporcionar alivio del dolor y la incomodidad, estos métodos tienen el potencial de inducir la reparación en lugar de simplemente eliminar o cubrir el sufrimiento. La osteoartritis, el dolor de hombro, el dolor de rodilla, el dolor nervioso, la tendinitis, las osteopatías y las quemaduras de cicatrización lenta son afecciones comunes tratadas con microvesículas humanas.

Podemos ver que las microvesículas humanas de las células madre mesenquimales jóvenes son responsables de revitalizar las células madre mesenquimales más antiguas al exponer las células madre de un organismo mayor a las de un organismo más joven. Este mecanismo de curación ahora se aplica a tratamientos antienvejecimiento.

Las enfermedades degenerativas son causadas por células madre mesenquimales (MSC) que se deterioran continuamente y dañan tejidos u órganos. Dependiendo de su origen y estado funcional, las microvesículas humanas pueden estimular o disminuir una respuesta inmunitaria. Se ha descubierto que las microvesículas humanas hechas de células mesenquimales regulan la activación, diferenciación y proliferación de las células madre B, así como la maduración de las células dendríticas. Se ha demostrado que regulan la actividad de las células asesinas naturales y inhiben la respuesta inmunitaria innata (IIR).